La inteligencia artificial (IA) se está consolidando como una herramienta estratégica. Te contamos los motivos para incursionar en ella.

Para la consultora Gartner, la inteligencia artificial (IA) permite interpretar eventos, automatizar decisiones y poner en marcha acciones de forma eficaz, por lo que se está consolidando como una herramienta estratégica. Sin embargo, “sólo algo más de la mitad (54%) de los proyectos piloto de IA pasan a producción”.

Entre las funciones principales para las que se está utilizando esta tecnología se destacan: optimizar procesos operativos, agilizar la atención al cliente y crear publicidad personalizada. Los chatbots son la aplicación más recurrente de AI junto con machine learning, pero los usos van mucho más allá con el objetivo de aumentar los niveles de productividad y la satisfacción del cliente final.

Diferentes analistas establecen en un promedio del 20% el crecimiento del negocio proyectado para todo lo relacionado con AI para 2023. En ese contexto, IDC prevé que el mayor crecimiento se registre en hardware y servicios, lo que daría cuenta de dos fenómenos confluyentes: los programadores han sido capaces de entender qué puede aportar la inteligencia artificial, e incluso desarrollaron muchos pilotos y prototipos, pero la falta de conocimiento al interior de las organizaciones y la escasez de infraestructura explicarían esa limitada puesta en producción de soluciones innovadoras en base a esta tecnología. 

Gartner sostiene que las áreas en las que los proyectos se focalizarán de aquí en más serán:

  • la gestión del conocimiento
  • los asistentes virtuales
  • los vehículos autónomos
  • el lugar de trabajo digital
  • los datos de colaboración colectiva.

Por su parte, IBM agrega otras áreas como:

  • la sostenibilidad ambiental
  • el aprovechamiento de la conectividad móvil 5G
  • la anticipación en la detección de fallas en todo tipo de equipamientos (informáticos o industriales en general)
  • la protección de datos y las tareas de seguridad en general, incluyendo funciones de reconocimiento facial.

Las soluciones de Inteligencia Artificial requieren, como toda solución tecnológica, de la interacción de arquitectos y desarrolladores de software con analistas funcionales que puedan identificar las prestaciones que deben tener esas piezas, qué datos deben utilizar como insumo, cómo los deben procesar (incluso físicamente en los servidores donde corran las aplicaciones) y cuál es la manera óptima de aprovecharlos. Cuando intervengan también cámaras, sensores u otros dispositivos, el expertise técnico especializado será necesario para combinar adecuadamente los diferentes componentes.

Para el desarrollo de soluciones de IA existe un amplio abanico de herramientas y frameworks, muchas veces identificadas como entornos para la creación de recursos de machine learning (ML) y/o redes neuronales. Muchos de estos SDK incluyen APIs pre-armadas y, obviamente, configurables, capacidad de reconocimiento de rostros y voces, escaneo de códigos de barras o QR, interpretación de etiquetas en imágenes, etc. El universo es tan amplio que se requiere del apoyo de especialistas para planear, desarrollar e implementar una solución de inteligencia artificial.

La IA puede utilizarse para la elaboración de modelos predictivos, el análisis de riesgos y fraudes, la analítica de seguros, la tecnología publicitaria, la asistencia sanitaria y la inteligencia de clientes, entre muchas otras funciones, como señalamos líneas arriba. La inversión en este tipo de desarrollos promete un atractivo ROI, abre las puertas al desarrollo de ventajas competitivas y contribuye al posicionamiento innovador. Tres buenas razones para incursionar en este apasionante mundo.

 

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